viernes, 22 de octubre de 2010

Aguanta un poco más


Se cuenta que en Inglaterra había una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Al entrar en una de ellas se quedaron prendados de una hermosa tacita. "¿Me permite ver esa taza?" preguntó la señora, "¡nunca he visto nada tan fino!"
En las manos de la señora, la taza comenzó a contar su historia: "Usted debe saber que yo no siempre he sido la taza que usted está sosteniendo. Hace mucho tiempo yo era solo un poco de barro. Pero un artesano me tomó entre sus manos y me fue dando forma. Llegó el momento en que me desesperé y le grité: "¡Por favor..ya déjeme en paz...!" Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo: ..."Aguanta un poco más, todavía no es tiempo"
Después me puso en un horno. ¡Nunca había sentido tanto calor!.... toqué a la puerta del horno y a través de la ventanilla pude leer los labios de mi amo que me decían: ..."Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
Cuando al fin abrió la puerta, mi artesano me puso en un estante. Pero, apenas me había refrescado, me comenzó a raspar, a lijar. No se cómo no acabó conmigo. Me daba vueltas, me miraba de arriba a abajo. Por último me aplicó meticulosamente varias pinturas...Sentía que me ahogaba... "Por favor déjame en paz", le gritaba a mi artesano; pero él sólo me decía:..."Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
Al fin, cuando pensé que había terminado aquello, me metió en otro horno, mucho más caliente que el primero. Ahora si pensé que terminaba con mi vida. Le rogué y le imploré a mi artesano que me respetara, que me sacara, que si se había vuelto loco. Grité, lloré; pero mi artesano sólo me decía: "Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
Me pregunté entonces si había esperanza... si lograría sobrevivir aquellos tratos y abandonos. Pero por alguna razón aguanté todo aquello. Fue entonces que se abrió la puerta y mi artesano me tomó cariñosamente y me llevó a un lugar muy diferente. Era precioso. Allí todas las tazas eran maravillosas, verdaderas obras de arte, resplandecían como solo ocurre en los sueños. No pasó mucho tiempo cuando descubrí que estaba en una fina tienda y ante mi había un espejo. Una de esas maravillas era yo. ¡No podía creerlo! ¡Esa no podía ser yo!
Mi artesano entonces me dijo: "Yo se que sufriste al ser moldeada por mis manos, mira tu hermosa figura. Se que pasaste terribles calores, pero ahora observa tu sólida consistencia, se que sufriste con las raspadas y pulidas, pero mira ahora la finura de tu presencia... y la pintura te provocaba nausea, pero contempla ahora tu hermosura.. y, ¿si te hubiera dejado como estabas?
¡"Ahora eres una obra terminada! ¡lo que imaginé cuando te comencé a formar!"

martes, 19 de octubre de 2010

CONSEJOS BARATOS Y ÚTILES

Si te encuentras con un niño: valóralo.
Tú también fuiste niño alguna vez.

Si te encuentras con joven: anímalo.
Tú también fuiste joven alguna vez.

Si te encuentras con un adulto: fortalécelo.
Tú también lo fuiste alguna vez.

Si te encuentras con un anciano: admíralo.
Tú lo serás alguna vez.

Si te encuentras con un rico: dile que utilice bien su riqueza.
Alguna vez tú también has deseado serlo.

Si te encuentras con un pobre: dale algo de lo tuyo.
Es posible que alguna vez tú lo seas.

Si te encuentras con un enfermo: dale esperanza.
También puedes enfermarte.

Si te encuentras con uno que ha caído: levántalo.
Puede que tú caigas algún día.

Si te encuentras con un fuerte: felicítalo.
Tú también quieres ser fuerte.

Si te encuentras con un débil: hazle sentir que también él puede.
Si te encuentras con un cansado: dale aliento para que siga adelante.
Tú también puedes cansarte.

Si te encuentras con uno que se ha equivocado: muéstrale el camino.
También tú puedes equivocarte.

Si te encuentras con un pecador: invítalo a la conversión.
También tú necesitas convertirte.

Si te encuentras con un santo: imítalo.
También tú puedes serlo.

Si te encuentras con el sol: déjate iluminar.
También tú estás llamado a ser luz.

Si te encuentras con la luna: sonríele.
También tú eres luz en la noche de los hombres.

Si te encuentras con una flor: admira su belleza.
También tú estás llamado a adornar el mundo.

Si te encuentras con el canto de un pájaro: escúchalo.
Tú también puedes cantar.

Si te encuentras conmigo: no me cierres el paso.
Yo también soy peregrino como tú.

lunes, 18 de octubre de 2010

Decálogo del catequista

1) Intentarás además de 'dar Catecismo', 'hacer catequesis'. Es decir, que los catequizandos se pongan en comunicación con Dios y descubran el sentido de la existencia humana a la luz de la Palabra de Dios.

2) No te conformes con 'enseñar', debes aspirar a ser 'testigo" comprometido. "Educador 'en la fe, por el origen etimológico de la palabra, es 'el que va adelante".
3) No te erijas en 'maestro', porque uno sólo es el Maestro. Tu doctrina no importa. Tenemos que ser apóstoles de la doctrina de Jesucristo y su Iglesia, siendo fieles a Dios y al hombre.
4) Procura 'madurar" tu vida -que no se consigue con sólo dejar pasar los años- formándote con interés en los distintos campos del saber.
5) Un catequista necesita 'experiencia de Dios" para contagiar a los demás. la fe no se puede 'contar" como si se tratase de una historieta. Se 'transmite' como la electricidad.
6) Tienes que estar muy convencido de que eres 'un enviado' de la Iglesia y que llevas entre manos 'una misión": despertar y hacer crecer en la fe a la comunidad parroquial.
7) Eres altavoz de la Palabra de Dios, en medio del ruido y la palabrería de los hombres. Presenta la Catequesis como Buena Noticia y suprime esa imagen de fastidio que suponía aprender de memoria el 'catecismo".
8) En tus reuniones con los catequizandos procura no "hablar de Dios', sino más bien que "Dios hable" con su Palabra ilurninadora.
9) Educa a los niños en el sentido comunitario de la fe. Para ello tienes tú antes que sentirte miembro de una comunidad real y parroquial. El grupo de catequistas debe trabajar en equipo viviendo la experiencia comunitario.
10) Nunca olvidarás que tú eres el que plantas y riegas, pero es Dios quien da el fruto. El Espíritu Santo, a través de los catequistas, es quien catequiza y educa en la fe.
Estos diez consejos se resumen en "Amarás a Dios sobre todas las cosas y a los catequizandos como a tí mismo"